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18 de febrero de 2019

RR&Rs - "La Casa del Reloj en la Pared", por John Bellairs.

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Gracias a mi hermanita por la foto♥
Título original: "The House with the Clock in Its Walls".
Autor: John Bellairs (1938).
Año: 1973 (edición de 2018).
Editorial: Alfaguara (Penguin Random House).
Ilustrador (cubierta): Alfredo Cáceres.
¿Rant, Reseña o Recomendación? Me parece que reseña.

Reseña

A lo largo de las 253 páginas del libro, Bellairs nos relata un trozo de la vida de Lewis Barnavelt, un niño de diez años cuyos padres acaban de fallecer. Como es lógico, los niños de diez años necesitan un tutor, por lo que Lewis termina en manos de su desconocido tío Jonathan, un personaje robusto y un tanto extravagante con el que entabla una buena relación rápidamente.

Acontece que el tío Jonathan vive en una hermosa mansión en lo alto de High Street, justo al lado de su mejor amiga, la Señora Zimmermann. Así que Lewis se pasa los días leyendo, jugando a las cartas con sus dos nuevos amigos y explorando los rincones de la vieja casa. Pero allí ocurre algo inquietante: un sutil tic tac amortiguado por todos los demás relojes, que se escucha en cada pared de cada habitación. Un viejo secreto relacionado con los anteriores dueños de la propiedad. Algo que le quita el sueño a Jonathan.

A pesar de todo, la vida es tranquila en New Zebedee. Pero entonces Lewis se mete con una magia oscura, y empiezan a ocurrir cosas extrañas...


Esta historia es bastante más vieja de lo que creí en primera instancia, escrita un año antes del nacimiento de mi madre y ambientada en los años 40, lo que no significa nada malo, pero la narrativa consigue recordártelo a cada paso. Es, ante todo, una lectura para niños (de entre 8 y 13 años, me atrevo a juzgar) pero agradable sin importar las edades. Los personajes son sólidos aunque no se los llega a conocer a profundidad. Y tiene sentido considerando que la historia se enfoca casi del todo en Lewis, pero me habría gustado conocerlos un poco mejor.

No voy a ignorar que en ciertos aspectos me resultó insulsa. Como con la mención constante de marcas al referirse a tal o cual objeto, lo que no sé si fue con fines ilustrativos o un claro ejemplo de  qué no hacer al integrar publicidad en la literatura (aunque quizá en inglés fuese más fluida).

También me fue extraño lo poco que Lewis reparó en la muerte de sus padres. Por supuesto que el libro sigue siendo infantil, y aunque no lo fuera cada quien lidia con las cosas de manera diferente pero... no sé, me chocó la indiferencia hacia esa circunstancia.


Sobre el libro en sí mismo no tengo quejas:
  • Me enamoré de la portada en el momento en que la vi; no solo es una ilustración al completo, sino que al terminar el libro entiendes lo que hay en ella.
  • El papel es un mixto de fuentes sostenibles ♥
  • Las elecciones tipográficas me encantaron (si alguien sabe el nombre de esa fuente por favor que me lo diga).
  • Y en general el libro da gusto de solo verlo.

Aparte de eso, no hay mucho que decir. Encontré un par de errores de traducción que me descolocaron y en términos de historia esperaba un poco más. Una buena parte del relato se sintió como que no llegaba a ser lo que debía.

Pero con todo y todo, es un libro que disfruté mucho leyendo. Consigue entretener y enternecer a pesar de sus errores. Algo así como la historia que te contó un amigo, que aunque no sabe todos los detalles te entretiene y pasan un buen rato. Y aunque no quedara impresa a llama viva en tu memoria, cuando la recuerdas acarrea sonrisas.

Es un buen libro que pudo ser un mejor libro. Pero buen libro se quedará, pase lo que pase.

Puntuación: ★★★ y 2/5.
Frase del día: ¿Para qué un Blue-Ray, existiendo huevos mágicos?

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